PP de Úbeda conmemora el XXII Aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco

Úbeda (13 Jul 2019)

 

  • Manuel Orcera, hijo de un Policía Nacional asesinado por ETA y miembro de la Junta Directiva Local, ha leído un manifiesto de repulsa al terrorismo y en memoria de las víctimas
  • El Presidente y portavoz del Grupo Municipal, Gerardo Ruiz del Moral, ha reclamado el enclave ‘Úbeda por la paz. Espacio Miguel Ángel Blanco’.

 

El Partido Popular de Úbeda ha celebrado en la puerta del Ayuntamiento un acto en recuerdo de Miguel Ángel Blanco y las víctimas del terrorismo, en el marco del XXII Aniversario del secuestro y asesinato del concejal del PP a manos de la banda terrorista ETA.

El acto, emotivo y simbólico, ha contado con la lectura de un manifiesto por Manuel Orcera, hijo de un Policía Nacional asesinado por ETA y miembro de la Junta Directiva Local, en el que ha insistido en la “necesidad” de permanecer unidos en la defensa de la vida y la libertad.

Además, se ha procedido al encendido de 22 velas (una por cada año de aquel fatídico 13 de julio) y se ha desplegado un gran lazo azul en el balcón del Ayuntamiento. “Miguel Ángel Blanco es un símbolo de libertad. Despertó nuestra conciencia, nos hizo comprender que la libertad hay que conquistarla, cuidarla y defenderla cada día ante quienes quieren arrebatárnosla y destruir la convivencia libre y la pluralidad ideológica, así como aniquilar los derechos éticos y políticos que tanto nos han costado conseguir. Recordar a Miguel Ángel Blanco es recordar todas las consecuencias de la barbarie terrorista, a las miles de familias afectadas por el totalitarismo etarra”, acentuaba Orcera durante la lectura del manifiesto.

‘ÚBEDA POR LA PAZ. ESPACIO MIGUEL ÁNGEL BLANCO’

Por su parte, el presidente y portavoz de los populares, Gerardo Ruiz del Moral, ha puesto el acento en que, “desde el  consenso y el acuerdo”,  la Corporación Municipal “debe hacer realidad el enclave ‘Úbeda por la paz. Espacio Miguel Ángel Blanco’, aprobado por unanimidad en acuerdo plenario durante la pasada legislatura y a propuesta de la formación azul.

Además, ha aclarado que al acto ha sido invitado el equipo de Gobierno si bien, matiza, “no han querido o no han podido asistir”. “Esta causa está por encima de las siglas políticas y debemos permanecer unidos más allá de los colores políticos”, apostilla.

MANIFIESTO

El 10 de julio de 1997 el joven concejal del Partido Popular, Miguel Ángel Blanco, era secuestrado por ETA para ser asesinado tres días después. Una vil y cruel muerte para la que la banda terrorista fijó día;  un asesinato a cámara lenta que puso fin al miedo de una sociedad que gritó basta ya con manos blancas y al amparo del espíritu de Ermua, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la libertad. Hoy, 22 años después, recordamos su memoria. Todos nos identificamos con Miguel Ángel: un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo de sus amigos y un ciudadano comprometido con su municipio, Ermua, en el que defendía la democracia y el derecho de sentirse vasco y español sin complejos como concejal del Partido Popular.

Miguel Ángel Blanco es un símbolo de Libertad. Despertó nuestra conciencia, nos hizo comprender que la libertad hay que conquistarla, cuidarla y defenderla cada día ante quienes quieren arrebatárnosla y destruir la convivencia libre y la pluralidad ideológica, así como aniquilar los derechos éticos y políticos que tanto nos han costado conseguir. Recordar a Miguel Ángel Blanco es recordar todas las consecuencias de la barbarie terrorista, a las miles de familias afectadas por el totalitarismo etarra.

Miguel Ángel Blanco no pudo escuchar la voz de toda una sociedad a favor de la Libertad y contra el fanatismo y la dictadura del terror. Por eso es una obligación moral y política recordar lo que se vivió aquellos días de julio de 1997: el compromiso que adquirimos con la Vida y la Libertad ante los fanáticos de la identidad. Evocamos a Miguel Ángel Blanco y de forma inmediata surge un sentimiento de rebeldía frente a los totalitarios, y también una profunda empatía y reconocimiento hacia su figura y la de todas las víctimas del terrorismo. Miguel Ángel Blanco es nuestra Memoria; Miguel Ángel Blanco somos todos y cada uno de los hombres y mujeres de paz; Miguel Ángel Blanco es la necesaria lucha por la memoria, la justicia, la verdad y la dignidad de quienes hemos sido víctimas del terrorismo y de una sociedad que ha sabido levantar sobre este testimonio un importantísimo legado para nuestros jóvenes: convivencia y democracia constitucional. 

Lejos de lo que podamos pensar, el terrorismo no es ajeno a nadie. Nuestro compañero de partido, Miguel Ángel Ferri, y yo lo sabemos bien. Su padre, José Antonio Ferri Pérez, Guardia Civil, era asesinado un 21 de agosto de 1988 con un coche bomba activado a distancia; mi padre, Manuel Orcera de la Cruz, Policía Nacional, fue asesinado por ETA en San Sebastián un 18 de mayo de 1977. Dos víctimas de una larga y terrorífica lista con nombres y apellidos, dos familias más destruidas; dos vidas arrebatadas por la sinrazón y la barbarie; dos seres humanos a quienes le robaron un futuro por defender la paz, la unidad, la libertad y la democracia.

Por ello no podemos olvidar quienes somos, de dónde venimos y los valores a defender. Por ello, volvemos a recordar la necesidad de ejecutar el acuerdo plenario de 30 de noviembre de 2017, alcanzado por unanimidad, para la implantación en nuestra ciudad de un enclave que lleve por nombre ‘Úbeda, por la paz. Espacio Miguel Ángel Blanco’. Porque lo que caló en miles de conciencias; lo que se convirtió en un grito de millones de ciudadanos en las calles con el único arma de sus manos blancas; porque lo que cambió el miedo por la defensa por la vida tiene y debe contar con un merecido recuerdo en una ciudad como la nuestra, azotada como tantas otras por el terror, pero que forjó una conciencia que no queremos ni podemos olvidar.

Frente al odio, el miedo y el terror sólo se puede responder desde la democracia, el recuerdo, la justicia, la dignidad y la verdad. Todo eso es el enclave ‘Úbeda, por la paz. Espacio Miguel Ángel Blanco’ y todo eso es un necesario recuerdo; un azote a nuestras conciencias y la hoja de ruta de cuál debe ser siempre nuestra inamovible postura para la defensa de la vida y la libertad: coraje cívico, determinación ante los terroristas y sus cómplices y claridad en la exigencia de la aplicación del Estado de derecho.

   




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