Martínez pide “protección” a los pocos ejemplos que quedan de la antigua señalética de las calles de Úbeda

• La concejal del PP, Chesca Martínez, tilda de “imperdonable” la “negligencia” del Ayuntamiento con estas placas datadas hacia 1826 y de gran valor histórico e inmaterial
• Amparada en el informe realizado por el reconocido Doctor en Historia del Arte, José Manuel Almansa, reivindica la existencia de un modelo unitario de señalética, siendo el más representativo el empleado hacia 1955

La concejal del Partido Popular de Úbeda, Chesca Martínez, se ha sumado a las críticas públicas realizadas por particulares en redes sociales en las que denuncian “la negligencia, desconocimiento y poca sensibilidad” del equipo de Gobierno socialista hacia la antigua señalética de las calles de Úbeda, las más antiguas datadas hacia 1826 por Juan Gabriel Barranco. Unas placas, insiste la edil, de “gran valor histórico e inmaterial que este Ayuntamiento debería respetar como parte de nuestro patrimonio y nuestra historia, mostrando una mayor seriedad hacia una Úbeda declarada Patrimonio de la Humanidad en la que los detalles cuentan y nos diferencian”.

         Al hilo, ha informado que desde el PP de Úbeda han recurrido a un experto en la materia, concretamente al reconocido historiador del arte José Manuel Almansa, para la elaboración de un informe en el que se detalla la importancia de estas placas que, en su opinión, “parece ser que tienen poco valor para el PSOE de Úbeda que, en su desconocimiento absoluto, había emitido la orden de sustituir o lo que es lo mismo, destruir, algunas placas de nuestra ciudad, entre ellas la cartela con el nombre de ‘Calle Postigo’ que se identifica actualmente con la calle Antonio Medina. Una pieza realizada por los alfareros de la calle Valencia que responden al modelo de sencillas baldosas vidriadas, de formato cuadrado, en color beige y letras capitales en color negro. Aún se conservan algunas de ellas, indicando la antigua toponimia de las calles, como sería la que ha sido objeto de la polémica.

PROPUESTA DEL PP

Al respecto, Chesca Martínez ha solicitado al equipo de Gobierno del PSOE que se depuren responsabilidades ante este “atentado contra nuestra historia viva” que podría haber causado la pérdida irreparable de una placa de esta antigua señalética que “lejos de ser protegida por la administración local por su valor histórico, es menospreciada demostrando que este Ayuntamiento, que hace y deshace a su antojo, no tiene la menor idea de qué se trae entre manos ni la suficiente humildad como para recurrir a expertos que les aconsejen al respecto”.

         Además, señala la popular, “este equipo de Gobierno, tal y como nos tiene acostumbrados, ya ha empezado a echar balones fuera para no asumir este error imperdonable pero lo cierto es que, de no evitarlo un ciudadano, esta placa se habría perdido y el PSOE de Úbeda vuelve a esconder la cabeza como los avestruces. De 16 concejales, ninguno tiene la culpa ni asume esta manifiesta irresponsabilidad”.

En este contexto, la popular ha subrayado que “al contrario de los socialistas de Úbeda, nosotros sí hemos hecho los deberes, nos hemos puesto en contacto con José Manuel Almansa, todo un experto en la materia, y exigimos, al igual que en el informe que nos ha elaborado, el respeto por los pocos ejemplos que tenemos de la antigua señalética de nuestras calles tanto por su valor histórico como por su valor inmaterial. Del mismo modo, reivindicamos la existencia de un modelo unitario de señalética, siendo el más representativo el empleado hacia 1955, posiblemente considerado como el de mayor calidad estética y técnica, y del que aún quedan ejemplos”.   

INFORME: DIVERSOS MODELOS

Por otra parte, Almansa ha explicado que el origen de los nombres de las calles se encuentra en elementos arquitectónicos o naturales que sirven para identificar un lugar y que esconden parte de su historia. Sin embargo, con el paso del tiempo, y con el fin de recordar a personas ilustres de la ciudad o de la historia, muchas de estas calles recibieron los nombres de estas personalidades a modo de homenaje, algunos de los cuales se ha perpetuado y otros en ocasiones se ha olvidado por completo, mientras que otras, gracias a la tradición inmaterial, se conocen por sus motes o apodos.

En este contexto, ha matizado que en Úbeda existe una gran variedad de placas (una decena de modelos) para identificar los nombres de las calles, muchas de las cuales hablan de esa historia inmaterial de las calles. Las más antiguas que aún se conservan son de principios del siglo XIX, datadas por Juan Gabriel Barranco hacia 1826.

Como experto, ha señalado que “sabemos por las actas de cabildo de 11 de febrero de 1884 que se ordena cambiar los nombres de numerosas calles, e igualmente se ordena reparar los rótulos que estaban destruidos”. Eran placas rectangulares de mármol, sin apenas decoración, en las que se inscribía el nombre de la calle (ejemplo, calle del Obispo Puerto). A comienzos del siglo XX, y con el fin de conmemorar la memoria de célebres personalidades, se vuelven a cambiar los nombres de algunas calles, empleando de nuevo placas de mármol blanco. Como curiosidad, aún se conservan las placas de la calle Joaquín María Cuadra (calle Ancha) y de la calle Cánovas del Castillo (Cava), que son igualmente realizadas en mármol blanco, de formato alargado, y letras inscritas y repintadas en negro.

A raíz de la declaración de Úbeda como conjunto histórico-monumental (1955) se realizan artísticos rótulos de baldosines, generalmente de color amarillo y caligrafía marrón. A partir de este modelo existían tres variantes: para los espacios más monumentales se incluía un dibujo del monumento más destacado del lugar; para calles y plazas secundarias se ubicaba el escudo de la ciudad y una cenefa artística; finalmente, para el resto de calles del casco histórico figuraba tan sólo el escudo de la ciudad. Años después este último modelo fue imitado por la Alfarería Góngora, realizándose carteles con seis baldosines en color amarillo, el escudo de la ciudad y el nombre de la calle, todo ello ejecutado con la técnica de la cuerda seca e, igualmente, la Escuela Taller realizaría una versión similar.

En la década de los 70, y a imitación de numerosas localidades españolas, se colocaron las placas de chapa esmaltada en color azul con las letras en blanco y el escudo de la ciudad, siendo especialmente frecuente en la zona de expansión de la ciudad. A pesar de que este modelo se eliminó durante un tiempo, posteriormente se ha vuelto a emplear (incluso en el casco histórico), pudiéndose denunciar el incorrecto uso de la tipografía (bastante exagerada).

Hacia el año 2000 se reemplazaron algunas de las placas azules por otras de formato rectangular de menor tamaño, con ángulos curvos, en color granate (como corresponde al pendón de la ciudad) y con letras blancas adhesivas, las cuales en seguida perdían las letras, dando un aspecto deplorable.De forma paralela, tras la declaración de Úbeda como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, la Escuela Taller recuperaría el modelo tradicional de cartela de cerámica, pero en este caso incluyendo el logotipo de este programa de la UNESCO en los azulejos, lo cual se puede considerar como un error debido a lo “efímero” que pueden resultar algunos de estos elementos identitarios. 

Como conclusión, José Manuel Almansa sostiene que “se debería respetar los pocos ejemplos que tenemos de la antigua señalética de nuestras calles tanto por su valor histórico como por su valor inmaterial. Del mismo modo, se debe reivindicar la existencia de un modelo unitario de señalética, siendo el más representativo el empleado hacia 1955, posiblemente considerado como el de mayor calidad estética y técnica, y del que aún quedan ejemplos, algunos de ellos incluso ocultos bajo cal, como sucede en el Paseo del Mercado, descubierto y vuelto a encalar hace un par de años”.